sábado, 5 de março de 2011

“MI EVANGELIO” – ¿Será que Pablo escribió el 5º evangelio?


Rm. 2:16…en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
 2Tim 2:8  Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio,

La mayoría de las personas no entiende la diferencia entre el Evangelio y los evangelios.

Jesus es el Evangelio Encarnado. Evangelio Eterno. El Cordero inmolado antes de la fundación del mundo es el Evangelio.

Históricamente el Evangelio es Jesús en movimiento; todo lo que él dijo e hizo y el modo como lo hizo; la forma de hacerlo; el lenguaje; el espíritu (con minúscula espíritu como energía para diferenciarlo de Espíritu Santo); bien como todo lo que a su respecto se testificó.

Así, tenemos a Jesús (El Evangelio); y, a seguir, tenemos los cuatro evangelios, que nos dan el panorama y el espíritu del Evangelio, puesto que  es por la pluralidad de estos que se ve el Cuadro Mayor, la Arquitectura del Espírito de la Revelación Histórica en Jesus, la cual no fue por nosotros testificada de modo visible e histórica, sino apenas de modo existencial, por el testimonio del Espíritu Santo y de la Palabra en nuestros corazones.

Entonces, tenemos el Evangelio (Jesús) - y tenemos las cuatro narrativas acerca del mismo Evangelio.  
De ese modo, el Evangelio nos es contado por cuatro ópticas diferentes: tres de ellas de testigos oculares (Marcos (Pedro), Mateo y Juan) y por la óptica de un historiador, Lucas, que declara haber escrito después de una larga y minuciosa  pesquisa de los hechos desde su origen.

Y no solo tenemos el Evangelio por la óptica de testigos o de un historiador, sino que también han sido designados para públicos distintos: Marcos para los primeros creyentes; Mateo para los judíos que creían; Lucas para un mundo mayor, mas greco-romano; y Juan para un público universal.

Por esta misma razón los cuatro evangelios montan secuencias con la intención de aclarar el Evangelio para los oyentes - conforme al público-, de tal modo que algunos eventos de la vida de Jesus están sueltos en uno o dos evangelios y contextualizados en otro. Siendo que Juan no es sutil en ese aspecto. Al final, al “culminar” su evangelio, él mismo declara haber escogido una secuencia de siete milagros y de enseñanzas  que los intercalara de modo propio y consecuente, con el objetivo de llevar a las personas a creer que Jesus era el Cristo, el Hijo de Dios; y que así creyendo, tuviesen vida en Su nombre.

A continuación tenemos a Pablo, haciendo alusión a “su evangelio”. ¿Pero  cómo es eso? Al final, ¡Pablo no escribió ningún evangelio!

    ¿Cuál es ese “mi evangelio” mencionado por Paulo?

¿Habría él escrito el 5º Evangelio?

 De ninguna manera, aunque él pudiese; o mismo aunque consideremos que siendo Lucas su discípulo, el 3er evangelio bien podría ser el que cimentaba los contenidos de las cartas de Pablo a los gentiles.

Por lo tanto, Pablo no escribió un evangelio, pero si escribió El Evangelio, y lo hizo mediante decenas de cartas que apenas trataban del Evangelio sin contar las historias de los evangelios.

Así, el Evangelio es Jesus. Y de él sabemos por lo que dicen los evangelios, los cuales nos muestran un Cuadro Mayor que nos permite ver el Evangelio. Este se fundamenta en el Jesus histórico, pero se expande como espíritu para todo lo que, por ejemplo, Pablo escribió según el espíritu del Evangelio, pues si las cartas de Pablo no estuviesen de acuerdo con el Evangelio, entonces ¿de que nos servirían?

Por tanto, cuando Pablo dice “mi evangelio”, lo que él está diciendo es que, a pesar de que él no se relacionó históricamente con Jesus, y ni que él discernió en las conversaciones con Pedro, Santiago o Juan, lo que él predicaba era conforme a Jesus, y, por tanto, según el espíritu de la Palabra, de tal modo que Pablo primero tuvo la experiencia existencial para solo después recibir la instrucción histórica. O sea, él primero recibió la revelación y solo después la información.

En otras palabras: primero Pablo conoció el Evangelio, y solo después las historias de los evangelios.

Más Allá de eso, por “mi evangelio”, el apóstol también quería significar el APLICATIVO del Evangelio de Jesus al llamado Mundo Gentílico, el Mundo Pagano, o apenas Mundo.

Así, él se atreve a decir que vivía el Evangelio conforme a Jesus entre los gentiles, de modo que él se atreve de nuevo a decir que seguirlo era seguir a quien él seguía.

 mi evangelio”, entretanto, también significa lo siguiente para Pablo:

Aquello que del Evangelio yo lo digo como insinuación, y que ninguno que sabe tiene el coraje de proponer, pero que yo enseño, y, por tal razón, pago un alto precio humano; por tanto, siendo acusado por lo que enseño, eso hace con que lo que a mi atribuyen como error sea justamente el diferencial de Evangelio que me distingue, en consciencia, de las limitaciones de ellos.

Por tanto, hay un Evangelio, hay cuatro narrativas, hay decenas de cartas del Evangelio y hay millones de insinuaciones del espíritu de la Verdad que tienen que ser aplicadas a la vida del mismo modo como los escritores de los evangelios lo hicieron en relación a su público. Del mismo modo, eso debe ser hecho de acuerdo con lo que Pablo practicó, puesto que conoció el Evangelio, después las narrativas, y, entonces, hizo las aplicaciones según el espíritu de la Palabra: El Evangelio de nuestra salvación: Jesus.


En él, el Evangelio,

Caio Fabio